miércoles, 4 de diciembre de 2013

El precio del CEE







El Certificado de Eficiencia Energética y la búsqueda de la precariedad.

Como casi todos sabréis desde el pasadao 1 de Junio es obligatorio el Certificado de Eficiencia Energética para las viviendas que se vendan o se alquilen (construidas antes del 2007), la emisión de este certificado puede ser realizada tanto por arquitectos como otros técnicos competentes y supondrá un nicho laboral importante, o al menos eso es lo que se espera.

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas emitió el martes 19 de noviembre en el BOE las tarifas aplicables por la Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (SEGIPSA) en los trabajos relativas a la certificación y auditoria energética de bienes inmuebles.

Estás tarifas determinan el importe a pagar por los trabajos que realice SEGIPSA, considerada como el  servicio técnico de la Administración General del Estado, para la realización de trabajos relativos a la construcción y reforma de inmuebles patrimoniales o de uso administrativo entre otras actividades. Son aplicables para todo el territorio nacional y no incluyen ningún tipo de tasas y visados, tampoco incluye la inscripción ante el órgano competente de la comunidad.

El establecimiento de honorarios y tarifas mínimas para el Certificado de Eficiencia Energética por parte de SEGIPSA contrasta llamativamente con la proliferación de ofertas, descuentos y precios insostenibles por parte de empresas privadas, en las que se llegan a valores mínimos.

Esto provoca un aumento de la precariedad laboral, llegando a cotas totalmente insostenibles para un profesional autónomo que tiene que acarrear con todos los costes adicionales (desplazamientos, seguros, colegiación…) y a una bajada tanto de la calidad del servicio como del valor social y ecológico que pretendía esta medida en su origen, convirtiéndolo para la sociedad en un impuesto más a pagar.

Parecidos Razonables

Nunca se sabe donde puede estar la inspiración







domingo, 1 de diciembre de 2013

Innovaciones Arquitectónicas

El jubilado que inventó un ladrillo antisísmico

Andrés Villamarín, el jubilado que concibió -mientras observaba una obra- un ladrillo anti terremotos capaz de reducir en un 75% los plazos de construcción.

El Ladrillo Autocentrable está destinado a su aplicación en la construcción de muros, paredes o tabiques de todo tipo de edificios. Este ladrillo presenta en su cara superior dos oquedades troncocónicas y en su cara inferior seis varillas de acero insertadas para su encastre en las oquedades del ladrillo inferior, para conseguir la posición correcta de los mismos y para aumentar su resistencia, quedando reforzada su unión al solidificarse la argamasa. También presenta en las esquinas de su cara inferior cuatro patas a fin de conseguir la adecuada separación entre ladrillos y el nivel correcto de los mismos. Se trata de un ladrillo macizo que está inyectado en un molde, la inyección puede ser tanto del tipo sinfín como por presión.

Este ladrillo aporta como principal novedad la perfecta encastración de unos Ladrillos Autocentrables con otros, sus ventajas son que aminora los tiempos y la facilidad de colocación. Además aumenta la resistencia al empuje lateral y al derribo, con el encastramiento se hace "invulnerable" a la destrucción, por empuje, expansión o vibración ante un posible seísmo.

 

El material componente del Ladrillo Autocentrable no es necesario que sea tan resistente como la arcilla cocida de los ladrillos tradicionales. Este ladrillo puede estar fabricado con materiales de menor dureza como los utilizados en las recientes investigaciones de ladrillos ecológicos, contribuyendo a la preservación mediambiental y aprovechamiento de residuos.


Este ladrillo al tener que ser construido con molde admite cualquier material para su moldeo, pudiéndose fabricar con materiales ecológicos como ceniza de carbón, de cáñamo y paja, etc. Durante la inyección son puestos los insertos para la encastración, obteniendo un sistema que aumentaría la resistencia de un posible ladrillo ecológico, con el propósito de que éste, pudiera cumplir las pruebas de viabilidad y exigencias de los ladrillos tradicionales.